Los relatores de Naciones Unidas y de la OEA aseguraron que pese a lo afirmado por Uribe no han conocido una sola prueba que vincule con actividades criminales a Morris, que en el pasado ha debido abandonar el país por amenazas contra su vida.
TeleSUR
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, rechazó este miércoles los cuestionamientos de los relatores para la libertad de opinión y expresión de Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos, luego de que criticó al periodista Hollman Morris que asistió a la liberación de cuatro retenidos por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hace dos semanas.
El mandatario había acusado a Morris de ser un "permisivo cómplice del terrorismo" por haber asistido a la entrega de tres policías y un soldado por parte del grupo rebelde a una misión humanitaria liderada por la senadora Piedad Córdoba e integrada en parte por delegados de la Cruz Roja Internacional en el selvático departamento del Caquetá (sur).
Uribe arremetió contra el periodista por entrevistar a los efectivos de las Fuerzas Armadas mientras permanecían aún bajo control de las FARC.
Morris fue a la selva en el momento de la liberación a donde llegó por su propia cuenta, según dijo, cuando buscaba una entrevista con un jefe rebelde que lo invitó a la entrega.
El reportero junto a su colega, Jorge Enrique Botero, quien hacía parte de la misión humanitaria llamó a TeleSUR para denunciar que sobrevuelos de aviones militares demoraban la liberación.
Botero puso al aire un comandante de las FARC, lo que provocó el malestar del Gobierno, que lo excluyó din ningún otro argumento de la misión humanitaria junto con otras tres personas.
Uribe sólo autorizó a la senadora Piedad Córdoba para hacer parte de la misión junto con el Comité Internacional de la Cruz Roja para las posteriores liberaciones del ex gobernador Alan Jara y del ex diputado Sigifredo López.
Acusaciones sin pruebas
Los relatores de Naciones Unidas y de la OEA aseguraron que pese a lo afirmado por Uribe no han conocido una sola prueba que vincule con actividades criminales a Morris, que en el pasado ha debido abandonar el país por amenazas contra su vida.
El relator para la libertad de expresión de la ONU, Frank La Rue, y su homóloga de la OEA, Catalina Botero, dijeron que las declaraciones de las autoridades de Colombia "ponen en mayor riesgo la vida y la integridad personal de los periodistas y defensores de derechos humanos".
Los funcionarios dijeron que las declaraciones de las autoridades colombianas "generan un efecto amedrentador y de autocensura en Colombia".
Ambos llamaron al Gobierno a cumplir con su obligación de proteger los derechos humanos de todas las personas, en especial de quienes se encuentran bajo riesgos extraordinarios.
La Presidencia respondió en un comunicado afirmando que "sorprende la rapidez con la cual se expide un comunicado rechazando las declaraciones del Gobierno, sin hacer referencia a elementos objetivos que generan serias dudas sobre el proceder profesional del periodista Hollman Morris".
"En ningún lugar del comunicado expedido los relatores hacen referencia a las condiciones de sometimiento e indefensión en las que se encontraban los secuestrados mientras se realizaba el reportaje. No se puede ignorar una situación en la que se atenta contra el derecho a la vida, a la libertad y a la libertad de expresión", agregó el comunicado.
El Gobierno colombiano anunció que pedirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la regulación de las medidas de protección que provee a Morris para ajustarlas.
Para el Gobierno, el periodista, a pesar de alegar peligro extraordinario para su vida, se sometió a riesgo extremo al viajar a una zona conflictiva.
El Gobierno colombiano suministra desde hace varias años protección a Morris con un grupo de escoltas, ante las frecuentes amenazas contra su vida que el reportero recibe por el ejercicio periodístico en el que ha denunciado violaciones de los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas.
Uribe solicitó a la Fiscalía General investigar la conducta del reportero, quien denunció que cuando regresaba a Bogotá después de cubrir la liberación de los cuatro efectivos de las Fuerzas Armadas, fue apresado en un retén del Ejército en donde un oficial intentó despojarlo de su material periodístico.
TeleSUR
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, rechazó este miércoles los cuestionamientos de los relatores para la libertad de opinión y expresión de Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos, luego de que criticó al periodista Hollman Morris que asistió a la liberación de cuatro retenidos por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hace dos semanas.
El mandatario había acusado a Morris de ser un "permisivo cómplice del terrorismo" por haber asistido a la entrega de tres policías y un soldado por parte del grupo rebelde a una misión humanitaria liderada por la senadora Piedad Córdoba e integrada en parte por delegados de la Cruz Roja Internacional en el selvático departamento del Caquetá (sur).
Uribe arremetió contra el periodista por entrevistar a los efectivos de las Fuerzas Armadas mientras permanecían aún bajo control de las FARC.
Morris fue a la selva en el momento de la liberación a donde llegó por su propia cuenta, según dijo, cuando buscaba una entrevista con un jefe rebelde que lo invitó a la entrega.
El reportero junto a su colega, Jorge Enrique Botero, quien hacía parte de la misión humanitaria llamó a TeleSUR para denunciar que sobrevuelos de aviones militares demoraban la liberación.
Botero puso al aire un comandante de las FARC, lo que provocó el malestar del Gobierno, que lo excluyó din ningún otro argumento de la misión humanitaria junto con otras tres personas.
Uribe sólo autorizó a la senadora Piedad Córdoba para hacer parte de la misión junto con el Comité Internacional de la Cruz Roja para las posteriores liberaciones del ex gobernador Alan Jara y del ex diputado Sigifredo López.
Acusaciones sin pruebas
Los relatores de Naciones Unidas y de la OEA aseguraron que pese a lo afirmado por Uribe no han conocido una sola prueba que vincule con actividades criminales a Morris, que en el pasado ha debido abandonar el país por amenazas contra su vida.
El relator para la libertad de expresión de la ONU, Frank La Rue, y su homóloga de la OEA, Catalina Botero, dijeron que las declaraciones de las autoridades de Colombia "ponen en mayor riesgo la vida y la integridad personal de los periodistas y defensores de derechos humanos".
Los funcionarios dijeron que las declaraciones de las autoridades colombianas "generan un efecto amedrentador y de autocensura en Colombia".
Ambos llamaron al Gobierno a cumplir con su obligación de proteger los derechos humanos de todas las personas, en especial de quienes se encuentran bajo riesgos extraordinarios.
La Presidencia respondió en un comunicado afirmando que "sorprende la rapidez con la cual se expide un comunicado rechazando las declaraciones del Gobierno, sin hacer referencia a elementos objetivos que generan serias dudas sobre el proceder profesional del periodista Hollman Morris".
"En ningún lugar del comunicado expedido los relatores hacen referencia a las condiciones de sometimiento e indefensión en las que se encontraban los secuestrados mientras se realizaba el reportaje. No se puede ignorar una situación en la que se atenta contra el derecho a la vida, a la libertad y a la libertad de expresión", agregó el comunicado.
El Gobierno colombiano anunció que pedirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la regulación de las medidas de protección que provee a Morris para ajustarlas.
Para el Gobierno, el periodista, a pesar de alegar peligro extraordinario para su vida, se sometió a riesgo extremo al viajar a una zona conflictiva.
El Gobierno colombiano suministra desde hace varias años protección a Morris con un grupo de escoltas, ante las frecuentes amenazas contra su vida que el reportero recibe por el ejercicio periodístico en el que ha denunciado violaciones de los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas.
Uribe solicitó a la Fiscalía General investigar la conducta del reportero, quien denunció que cuando regresaba a Bogotá después de cubrir la liberación de los cuatro efectivos de las Fuerzas Armadas, fue apresado en un retén del Ejército en donde un oficial intentó despojarlo de su material periodístico.
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