En abril del 2002, cuando el golpe fascista en Venezuela, Andrés Izarra era gerente de Producción del noticiero El Observador, del derechista canal RCTV. Allí, siguiendo el guion de los golpistas, se manipulaban las imágenes de las manifestaciones, para culpar al Presidente Chávez de la masacre organizada por la oposición. Andrés, como cualquier comunicador honesto, se negó a participar de la farsa y se fue a denunciarlo por otros medios de comunicación. El valor de ese gesto (con los gorilas todavía en el poder) serviría para demostrar después quiénes fueron los verdaderos asesinos.
Por estos días, a poco más de siete años de esa epopeya venezolana, que culminó con el triunfo del pueblo, el canal Telesur, presidido por Andrés Izarra, puso fin a la supremacía informativa de la CNN en la región y rompió el cerco mediático con que los golpistas hondureños intentaron ocultar al mundo la verdad tras la destitución del presidente Manuel Zelaya. De esos temas y del cobarde secuestro y expulsión del país del equipo de esa televisora y de Venezolana de Televisión (VTV), hablamos con él en esta entrevista.
¿Qué hizo posible a Telesur llegar primero en la cobertura informativa, la denuncia y el seguimiento del golpe de Estado en Honduras?
"Al finalizar la Cumbre Extraordinaria del ALBA en Maracay, Aragua, el jueves 25 de junio, se conoció que el presidente Manuel Zelaya había destituido al jefe de las Fuerzas Armadas hondureñas, General Romeo Vásquez Velás-quez. Este hecho, a pocos días de una consulta popular histórica, sobre la posible convocatoria a una Asamblea Constituyente, era de gran trascendencia. Especialmente en el contexto de férrea oposición de las oligarquías locales a la consulta y la feroz campaña de terrorismo mediático desatada para satanizarla. El olfato periodístico nos señaló que estábamos en el umbral de una historia grande.
"Ese mismo día la canciller Patricia Rodas voló de regreso a Tegucigalpa, acompañada de la periodista Madeleine García y el camarógrafo Clyburn Saint Jones; mientras le ordenábamos a nuestra corresponsal en Managua, Adriana Sívori, desplazarse a Honduras para reforzar la cobertura. En paralelo comenzamos a coordinar acciones con el estatal Canal 8 de Honduras. Y por último entró en acción el B-GAN o teléfono satelital, que dinamizó nuestra cobertura, con imágenes en vivo.
"Fue así como Telesur llegó a la historia antes que nadie. Siempre hemos dicho que no es igual cubrir América Latina desde América Latina, que hacerlo desde Atlanta.
"A partir de este momento se comenzó a romper el cerco de la noticia, con una cobertura intensa que creció con el de-sarrollo de los acontecimientos: las maniobras de la oligarquía en la Corte, el discurso valiente del presidente Zelaya y el acto de recuperación, acompañado del pueblo, del material electoral en la toma de la base aérea, el golpe, la contundente reacción popular y todos los demás acontecimientos de la crisis política en pleno desarrollo, pudimos ofrecérsela a los usuarios de nuestro servicio informativo casi en tiempo real".
¿No temieron ustedes por la vida de esos compañeros que asumieron una actitud ética, profesional y muy valiente?
"Nos preocupaba la beligerancia con que estos golpistas se han ensañado con el pueblo, los medios de comunicación y los periodistas. Nosotros llegamos a tener 19 personas involucradas en la cobertura directamente en Tegucigalpa, todos corriendo peligros extremos. En la madrugada del 12 de julio los gorilas detuvieron a nuestro equipo en su hotel y lo secuestraron por varias horas, lo amenazaron y agredieron, hasta que la presión internacional de la OEA y de países como Nicaragua, Venezuela y Cuba, logró que lo liberaran. Diariamente, nuestros equipos estuvieron sometidos a acosos y hostigamientos por parte de los cuerpos represivos de la dictadura. La última arremetida y el peligro para la vida de esos compañeros nos obligó a un Plan B, dando por concluida una primera etapa, retirarnos a Managua y reformular el plan para dar continuidad a la cobertura.
"Nos preocupaba la beligerancia con que estos golpistas se han ensañado con el pueblo, los medios de comunicación y los periodistas. Nosotros llegamos a tener 19 personas involucradas en la cobertura directamente en Tegucigalpa, todos corriendo peligros extremos. En la madrugada del 12 de julio los gorilas detuvieron a nuestro equipo en su hotel y lo secuestraron por varias horas, lo amenazaron y agredieron, hasta que la presión internacional de la OEA y de países como Nicaragua, Venezuela y Cuba, logró que lo liberaran. Diariamente, nuestros equipos estuvieron sometidos a acosos y hostigamientos por parte de los cuerpos represivos de la dictadura. La última arremetida y el peligro para la vida de esos compañeros nos obligó a un Plan B, dando por concluida una primera etapa, retirarnos a Managua y reformular el plan para dar continuidad a la cobertura.
La prensa burguesa siempre se ha escudado tras un falso concepto de objetividad, ¿cómo calificas la historia contada por Telesur desde Honduras?
"¿Objetividad¼ ? En Telesur siempre hemos estado objetivamente del lado de los más débiles, como todo periodista ético debe estar. Pero también hemos cubierto a los distintos actores involucrados en la historia: el general golpista Romeo Vásquez, por ejemplo, tuvo una entrevista de gran impacto en nuestro canal y continuamos buscándolo para hacerle otra. Lamentablemente, desde entonces no ha querido atender nuestra invitación porque ‘sus superiores no se lo permiten’, como le dijo personalmente a nuestros corresponsales en Tegucigalpa. Las marchas opositoras también han sido visibles en nuestra pantalla, con todo su ‘glamour’, y al ex canciller de facto Ortez (ahora Ministro de Gobernación de facto), no hemos podido entrevistarlo porque somos ‘muy negritos’ para él".
La cobertura del golpe de Estado en Honduras marca la mayoría de edad de Telesur como multinacional de noticias, ¿se lo creen ustedes?
"Creemos que esta cobertura ha significado un peldaño en nuestro desarrollo. Tenemos mucho que mejorar y crecer. Solo tratamos de hacer cada vez mejor nuestro trabajo y de cumplir con nuestro compromiso de generar una voz del Sur para el mundo".
¿Cuáles han sido las principales diferencias éticas, ideológicas y profesionales entre la cobertura de Telesur y de la CNN?
"La cobertura nuestra ha sido muy opuesta a la de la CNN, sobre todo desde el punto de vista ético: recordemos que mientras en Honduras agonizaba la democracia, en la CNN le daban cobertura permanente a la muerte del Rey del Pop. Mientras Telesur y el resto de la comunidad internacional calificó de golpe de Estado en Honduras, para la CNN había una ‘Sucesión Forzada’. Para la CNN, Micheletti es un presidente. Para Telesur es un presidente de facto, un golpista, sin legitimidad alguna. Pudiera decir muchas cosas más sobre la cobertura de la CNN, pero creo que el calificativo de ‘vergonzosa’, lo resume todo.
Telesur, ya nadie lo duda, es un hecho concreto del proceso de integración bolivariano, el caballo de batalla comunicacional del ALBA, ¿cómo se lleva esa responsabilidad?
"Telesur es una herramienta comunicacional de los pueblos, heredera de las iniciativas más nobles que en el pasado surgieron, para lograr construir un Nuevo Orden Comunicacional mundial. Es también parte de un conjunto de instrumentos que para la unión del Sur se han lanzado desde Venezuela y otros países de América Latina (el ALBA, Petrocaribe, Banco del Sur, Petrosur, etc). Todo eso, gracias a la visión y persistencia del Presidente Chávez en su afán por liberar a Nuestra América y lograr su plena independencia".
¿Qué reflexiones te merece este intento de vuelta a la era de las cavernas?
"El gorilismo que creímos muerto está muy vivo en toda América Latina. De consolidarse en Honduras, todas nuestras democracias, sobre todo las democracias populares, corren peligro. El momento histórico que abre Honduras con el intento de traer el pasado, para oponerlo al futuro que los pueblos están intentando construir, no traerá más que la profundización de las contradicciones y el avance en la conciencia de los pueblos. El ejemplo de Hon-duras está dejando hondas huellas en el despertar de la nueva era. Sobre la indignación por el golpe, no lo duden, va a florecer la valentía y la victoria del Pueblo. Y Telesur va a estar allí para contarlo".
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