jueves, 15 de julio de 2010

El Alzheimer de Ingrid



Por: Aly cabrales

Creo que el primero en notarlo fue su ex marido: Juan Carlos Lecompte (pobre bobo) a quien Ingrid se le olvidó darle las gracias por todos los esfuerzos que hizo por su liberación, y su única señal de agradecimiento el día de su rescate, fue mirarlo como médico a paciente desahuciado (ya se vislumbraban los primeros síntomas de la penosa enfermedad: la desahusiada es ella ).

EL ALZHEIMER DE INGRID.

Creo que el primero en notarlo fue su ex marido: Juan Carlos Lecompte (pobre bobo) a quien Ingrid se le olvidó darle las gracias por todos los esfuerzos que hizo por su liberación, y su única señal de agradecimiento el día de su rescate, fue mirarlo como médico a paciente desahuciado (ya se vislumbraban los primeros síntomas de la penosa enfermedad: la desahusiada es ella ).

Al escuchar la noticia del fallo de la demanda contra el Estado colombiano, a favor de los familiares del asesinado senador Manuel Cepeda, lloré de felicidad, no sólo porque al fin se hizo justicia, como también porque su hijo Ivan Cepeda, dedicado a la búsqueda de la justicia, la verdad y la reparación integral a las victimas del genocidio de la UP, ha destinado este dinero a un fondo en beneficio de los hijos y nietos de las víctimas de dicho genocidio. Ésto sólo lo hace alguien, cuyo interés no es, en definitiva, lucrarse con el dinero de los colombianos.

Pero por fortuna de algunos pocos, vivimos en un país con una clase dirigente que padece un mal endémico: Mal de Alzheimer. El primero en reconocer que lo padecía fue Mockus. Pero ¿quién quiere saber de Mockus y su Ola Verde en este momento?

Nos encontramos ahora con la ignominiosa situación por la que atraviesa el representante a la cámara por Bogotá: Ivan Cepeda. Por fin hubiera podido respirar un poco de tranquilidad, después de haber comprobado que la justicia cogea, pero llega, cuando otro par de enfermos de Alzheimer salen al acecho: Andrés Felipe Arias quien olvidó que el pueblo lo odia por el escándalo de Agro-robo-seguro y José obdulio Gaviria, a quien se le olvidan sus genes cada vez que sale a despotricar en contra de inocentes. A este par de aves de rapiña se les olvidó, que el Senador Cepeda, vilmente asesinado, fue la víctima y no el victimario. Por su parte pensaríamos que Alvaro Uribe padece lo mismo que los otros, pero no, ese no olvida, ese lo que cree es que los colombianos y colombianas somos pendejos y pendejas.

Pero no hay Alzheimer en estado más avanzado que el que padece la ex-candidata a la presidencia: Ingrid Betancourt. Creo que el primero en notarlo fue su ex marido: Juan Carlos Lecompte (pobre bobo) a quien Ingrid se le olvidó darle las gracias por todos los esfuerzos que hizo por su liberación, y su única señal de agradecimiento el día de su rescate, fue mirarlo como médico a paciente desahuciado (ya se vislumbraban los primeros sintomas de la penosa enfermedad: la desahusiada es ella).

Poco a poco la enfermedad fue tornándose implacable. Ingrid olvidó que los colombianos lloraron (no todos) cuando vieron recorrer el mundo a su dramática foto en cautiverio. Olvidó Ingrid, que la famosa Operación Jaque, llevada a cabo por las Fuerzas Militares de Colombia, no fue gratis. Se le olvidó a Ingrid que hasta el gobierno Francés intervino en la negociacion para liberar a Granda, canciller de las FARC, para hacer más factible su liberación. Se le olvida a la dama la importancia de llamarse Ingrid, porque de nos ser por eso estaría acompañando a los cientos de colombianos anónimos que aún están en cautiverio y por los que nadie hace nada.

Se le olvida a esta damita afrancesada que cada día aumentan más las cifras de personas víctimas del desplazamiento y que el gobierno, con el descaro que lo caracteriza, ha finiquitado la limosna que les daba, queriendo decir que ya todo está solucionado para esta población; cuando aún hay millones de víctimas esperando ser indenizados, con la esperanza de que se cumplan las órdenes emitidas por la corte constitucional, para así poder superar el estado de cosas incostitucional y recibir la atención a la cual tienen derecho y prioridad.

Se les olvidó a Don Quijote (Ingrid) y también a Sancho (Clara) la advertencia de no transitar por la Zona del Caguán a realizar misiones quijotescas, porque corrían el riesgo de ser secuestradas por las FARC.

Pero como Ingrid ya no es colombiana, esto no sólo se le ha olvidado, sino que no le importa, y es que la módica suma de dinero (¿simbólica?) por la que demandará al Estado colombiano, saldrá del bolsillo de nosotros. De los impuestos que pagamos los colombianos.

Peor aún, y esto, en definitiva, demuestra su incapacidad mental, es que se le olvida a la madame, que los colombianos tendremos que aguantarnos la ridicula serie del Canal Caracol acerca de la Operación Jaque, donde ella será la protagonista y donde quedará como un personaje histórico de nuestro país. Propongo que la serie se llame “Todo por la plata” y que la mala del paseo sea la ex-candidata, que quienes la adoraban, ahora la odien, y que suceda como en las telenovelas mexicanas: al final la mala termina en el manicomio. Y que los franceses ya no la llamen Juana de Arco sino Juana la loca.

El Mal de Alzheimer es, entonces, una enfermedad degenerativa del cerebro: muy grave, no tanto para quien la padece, como para el pueblo colombiano.

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