miércoles, 8 de septiembre de 2010

El estado terrorista colombiano ataca nuevamente a William Parra


Realmente es increíble como la élite política colombiana no se rinde ante un verdadero periodista y su excelente labor.

Los que no conocen a William le puedo decir, que fue el secretario de prensa del presidente Ernesto Samper (liberal) y posteriormente jefe de la redacción de la prestigiosa cadena internacional inglesa Reuters en Bogota. Ha trabajado por la emisora más grande de Colombia que es Caracol Radio, por el canal de Televisión CM& y también ha hecho trabajo para Telesur. Es un veterano periodista y un conocedor del conflicto social y armado colombiano.

Éramos muy pocos los periodistas que en las ruedas de prensa en la Casa Presidencial hicimos las preguntas según el ABC del Periodismo que lógicamente cuestionaban a Uribe, sus ministros, los representantes del Departamento de Defensa o de Estado en visita en Bogota. Y William era y es uno de aquellos. Los otros solo colocaban sus micrófonos ante Uribe que los utilizaban como peleles y voceros.

Por eso el compañero fue amenazado muchas veces por los paramilitares y, con toda la seguridad, los agentes de la inteligencia militar.

Fue victima de un atentado criminal un domingo cuando salía con la familia a las sabanas de Bogota y estuvo punto de perder la vida que se realizó un corto tiempo después que Parra había entrevistado, en plena selva, el comandante guerrillero Raúl Reyes.

Y ahora el estado va a ponerlo ante la mal llamada justicia colombiana, una justicia ante que fue absuelto en el mismo caso, información “recogida” del laptop más blindado del mundo, el de Raúl Reyes.

De los colegas colombianos, con pocas excepciones, no se puede esperar solidaridad. Los dueños, que son los dueños de Colombia, ni siquiera permiten sindicatos en sus plantas, menos ahora que un comunicador social necesita la mano de sus colegas.

Por eso es importante que el compañero reciba todo el apoyo de la comunidad internacional.

Dick Emanuelsson

Tegucigalpa

Miembro de FELAP, Federación Latinoamericana de Periodistas

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