Por Miguel Ángel Sandoval
América Latina fue otra desde la victoria de la revolución cubana el primero de enero de 1959. De ello no queda ninguna duda. La posibilidad del socialismo se instaló en el imaginario del continente a pesar de todo, incluyendo dictaduras o las amenazas norteamericanas y a pesar de todo la influencia de la revolución en la perla del caribe alcanzó a generaciones y millones de revolucionarios y revolucionarias en el continente.
América Latina fue otra desde la victoria de la revolución cubana el primero de enero de 1959. De ello no queda ninguna duda. La posibilidad del socialismo se instaló en el imaginario del continente a pesar de todo, incluyendo dictaduras o las amenazas norteamericanas y a pesar de todo la influencia de la revolución en la perla del caribe alcanzó a generaciones y millones de revolucionarios y revolucionarias en el continente.
¡Son ahora cincuenta años de estar con la revolución cubana desde lejos o desde cerca. Son años de acompañarla por todos los medios y son cincuenta años de contar con un ejemplo de soberanía a la vecindad de los Estados Unidos.
En esos cincuenta años el mundo observo a una revolución de los barbudos diciendo como se lee en la Habana, "señores imperialistas, no les tenemos ningún miedo". Y se vivió todos estos años, con amenazas, con sabotajes, con todo lo inimaginable para derrocar a esta revolución. Nada pudo con ella.
Y con las mismas presiones se acompaño siempre a los movimientos revolucionarios del continente y del mundo. Eso fue la Conferencia Tricontinental de 1966. Pero también hubo la epopeya del Che, primero en África y luego en Bolivia. Se vivió en la crisis del caribe que estuvo a punto de desencadenar una guerra mundial y supimos que en Cuba se defendían los principios. Mas adelante fue la independencia de Angola y de Namibia y el fin del Apartheid en Sudáfrica con el apoyo de los internacionalistas cubanos a pesar de las amenazas y con ello supimos que esa vocación era de verdad.
No es nada menor. Hace algunos años alguien decía que si Cuba caía se inauguraba una era de ordeno y mando por parte de los Estados Unidos en el continente americano, y mas allá. No es casual el liderazgo de Fidel en el Movimiento de Países No Alineados. De la misma manera, no son extrañas las muestras de cariño y solidaridad desde Europa con esa revolución tropical.
Finalmente, Cuba se sobrepuso a la caída del muro de Berlín y se sobrepone todos los días al bloqueo impuesto de manera unilateral por los EEUU a pesar que en reiteradas ocasiones la ONU ha señalado lo anacrónico del mismo, que dura la edad de la revolución. Y ahora, desde la cumbre de estados latinoamericanos, se plantea con nuevas posibilidades que se levante el bloqueo por parte de EEUU, con condiciones y sobre todo, sin concesiones.
En los cincuenta años de revolución cubana, con sus alzas y sus bajas, con sus aciertos y sus errores, existe la certeza de que los cambios son posibles, de que las luchas revolucionarias a nivel mundial, cuentan con un paradigma que está en sus principales dirigentes y mitos históricos, como el Che o Fidel.
Hoy no se habla tanto de combatientes y voluntarios en el mundo, pero hablamos de médicos y educadores, que siguen fieles a un legado histórico. Cuba tiene ahora, muchas razones para festejar por todo lo alto los cincuenta años de éxitos y victorias. Entre los cuales están hoy, el reencuentro al más alto nivel con la comunidad de Estados del continente latinoamericano, lejos de las presiones norteamericanas. Es en suma, un nuevo motivo de festejo. Por todo ello Cuba, por siempre Cuba.
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