Por Roberto Romero,
Bogotá, octubre 2.- Definivamente el uribismo no tiene un ápice de decencia. Acaba y por unanimidad, a través de sus acólitos de la sala disciplinaria, aceptar una tuela del ministro de la desprotección social. Diego Palacio, por, dizque se le violó en debido proceso en la sentencia de la Corte Suprema de Justicia en la que se condena a Yidis Medina por el delito de cohecho.
Como se sabe, este es un delito de doble vía: no puede ser cometido por una sola persona sino que implica la participación de otro. En este caso, de altos miembros del gobierno como el citado ministro que ofreció cargos, según la denuncia de Yidis y el fallo de la Corte, a cambio del voto de Medida, así como de el Teodolindo Avendaño en una comisión de la Cámara de Representantes que decidíó la primera reeleción de Uribe.
Ahora resulta que el Consejo Superior de la Judicatura, que bien puede tutelar un derecho vulnerado, se da el lujo, completamente inconstitucional, de incluir en su fallo que se cambie lo actuado por la Corte Suprema de Justicia y hasta elimine párrafos enteros de su jurisprudencia.
Tras prevaricadores, bufones. Seguramente pronto la Corte los pondrá en su sitio.
Ordenar que se retire del fallo que condena a Yidis todo lo relacionado con el ministro signfica ni más ni menos absolverlo al desconocer todas las pruebas que allegó la Corte. Que, como se ha afirmado en derecho, no es el juez natural de dicho funcionario y por lo tanto no la obligaba a citarlo.
El país, mientras tanto, espera una pronta decisión de la Fiscalía sobre el caso del ministro Palacio y los otros cuatro altos funcionarios implicados en este hecho de corrupción. Aunque viendo bien las cosas, optará seguramente por el tortuoso camino del Consejo superior de la absolutura. Aparato de bolsillo de la Casa de Nari.Es bueno repasar la excelente columna de ayer miércolos 1 de Cecilia Orozco en El Espectador, sobre el roscograma uribista. Reproducimos íntegro el aparte final de dicho artículo sobre lo que se veía llegar. Una premonición ajustada a la realidad de la brillante columnista."Otra labor en la que anda atareado el Ministro es la de lograr que el Consejo Superior de la Judicatura tumbe una sentencia de la Corte Suprema. ¿Adivinen cuál? La de Yidis Medina. El ponente de una tutela que ya perdió en primera instancia Palacio, es el magistrado (e) Carlos Arturo Ramírez. De acuerdo con un informe de Noticias Uno, Ramírez le dará la razón al Ministro y el fallo se caerá parcialmente.
Otro choque de trenes por tutelas concedidas por unos tribunales complacientes, contra las sentencias de otros. Ramírez aspira, cómo no, a ser magistrado titular. Para lograrlo, el Presidente de la República tendría que incluir su nombre en la terna. Darle al mandatario el gustico de eliminar, por ejemplo, de la sentencia el párrafo donde se afirma que “hubo desviación de poder” cuando se “acudió a la corrupción en el ejercicio de la función pública”, ayudaría. Preside la sala disciplinaria, donde se resolverá el asunto, Angelino Lizcano (elegido por el Congreso después de ser durante 15 años empleado de la Cámara). Pertenece a esa sala el ‘inmaculado’ Ovidio Claros. Ya van tres votos de siete. Los otros cuatro no serán difíciles de conseguir: por lo menos tres de éstos le pertenecen al uribismo. ¿De cuál ‘roscograma’ estábamos hablando?"
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